Drácula y los prejuicios del siglo XIX

 
Drácula de Bram Stoker. Fotografía: Julieta.

“-Bienvenido a mi casa. Entre libremente, váyase a salvo, y deje algo de la alegría que trae consigo”, así es como el conde Drácula recibió al abrumado Jonathan Harker y así también te doy la bienvenida a mi blog y a este post de Halloween. 


He leído pocos libros que estén dentro del género terror o novela negra, pero quise estar en sintonía con el terrorífico espíritu de estas fechas. Así que me dispuse a la tarea de leer un clásico de la literatura como es Drácula, del escritor irlandés Bram Stoker.


Probablemente esta criatura pálida de agudos caninos y delgados labios rojizos, que nació como un cuento folclórico en los pueblos más antiguos de Europa y China es el personaje hecho mito más explotado por el cine y la literatura (en general los vampiros lo son). Así que ¿por qué no leerlo?


Sinopsis


¿De qué va la historia? El joven abogado londinense, Jonathan Harker, es enviado a un lejano pueblo de Rumania, Transilvania, a supervisar la compra de una propiedad en Londres por parte de un caballero extranjero. Las supersticiones de los aldeanos, que se persignan con más frecuencia de la que se desearía, empiezan a hacer mella en el espíritu de Harker, cada vez que menciona el lugar al que se dirige: el castillo del Conde Drácula.


Los sucesos que ocurren durante su trayectoria en calesa hasta el castillo, en especial, durante la noche, empiezan a levantar temores en él. Pronto conocerá al conde, un hombre tan pálido como la nieve, con ojos que despiden fuego, agudos dientes que sobresalen a través de sus delgados labios rojos y un aliento fétido como la propia muerte.


Con el pasar de los días, el joven abogado solo tiene certeza de dos cosas: 1) algún tipo de naturaleza maligna rodea al conde y 2) es un prisionero en el castillo, con fecha ya señalada para su fin.



Ficha técnica


Título: Drácula

Autor: Bram Stoker

Editorial: Gárgola

Colección modelo para armar, número 35

Número de páginas: 472

Edición: tercera

Lugar: Buenos Aires, Argentina.

Fecha: julio del año 2013.



La pluma de Stoker es brillante, abundante y precisa en descripciones, que creo yo es uno de los puntos fuertes de su narrativa. He leído que para algunos la lectura tiende a hacerse tediosa en ciertas partes, pero no ha sido mi caso. Cada oración es fascinante. El lenguaje es bastante simple para ser un libro de la época victoriana.


Esta misma época es una condicionante muy fuerte para la creación de los personajes, sobre todo los femeninos. Hay que recordar que durante este periodo histórico de Gran Bretaña reinó un puritanismo extremo y una doble moral en la vida privada de sus habitantes.


Por lo que a los personajes femeninos como Mina y Lucy las engalana un cúmulo de virtudes, entre ellas la pureza y delicadeza (ni un solo defecto a la vista) y Drácula, desempeña el papel de corruptor de mujeres.

Las mujeres en la narrativa de Stoker


Dentro de la historia, tenemos a dos personajes femeninos ampliamente desarrollados y que son parte central de la trama, Lucy Wenstera y Mina Murray (que pasa a ser Mina Harker), ambas de aproximadamente 20 años edad. 

El papel que Stoker reserva para las mujeres no es de lo más halagador. El libro fue publicado en 1897 y los sesgos de género de la época se ven claramente reflejados en el texto. Al menos eso pensé cuando mi atención recayó en estas frases:


“Una mujer debe decirle todo a su marido, ¿no crees querida?, y yo debo ser justa. A los hombres les gusta que las mujeres, desde luego sus esposas, sean tan justas como son ellos; y las mujeres, temo, no son siempre tan justas como deberían serlo”.

“Supongo que nosotras las mujeres somos tan cobardes que pensamos que un hombre nos va a salvar de los miedos, y nos casamos con él”.

“Mi querida Mina, ¿por qué son los hombres tan nobles cuando nosotras las mujeres somos tan inmerecedoras de ellos?”.

“Supongo que hay algo en la naturaleza de una mujer que hace que un hombre se sienta libre para desplomarse frente a ella y expresar sus sentimientos de ternura o de emoción, sin creer que sean humillantes para su virilidad”.


Los personajes de Lucy y Mina se inclinan a ser demasiados simpáticos, tanto que rozan en la exageración de los buenos sentimientos. Carecen de naturalidad y reflejan conceptos poco acertados sobre las mujeres. 

Lucy, es una muchacha que acapara todas las miradas al entrar en un salón, es poco dada a escribir y ostenta cierta vanidad. Mina es diligente, brillante y de hábitos discretos. Es una mujer que se adelanta a los hechos y busca ser útil en cada hazaña, lo que la lleva a ganarse el afecto los demás personajes (todos ellos varones, por cierto). No olvidaré las palabras del doctor Van Helsing al referirse a Mina "¡Oh! ¡Esa maravillosa señora Mina! Tiene el cerebro de un hombre; de un hombre muy bien dotado, y corazón de una mujer”. 

El deseo y la sensualidad está reservado para las vampiresas de labios voluptuosos, ya que estos atributos en una mujer sólo podrían provenir de alguna fuerza maligna y demoniaca, según los prejuicios de la época.

Claramente, los deseos sexuales estaban reservados para los hombres, tal como lo relata Van Helsing, en el siguiente párrafo:


“Entonces, los hermosos ojos de la mujer vampiro se abrían y lo miraban llenos de amor, y los labios voluptuosos se entreabrían para besar… El hombre es débil. Así había una víctima más en la guarida del vampiro; ¡uno más que engrosaba las filas terribles de los “nomuertos” …!



Los personajes masculinos


Para combatir los planes malignos del conde se forma una especie de alianza o escuadrón especial de lucha contra los vampiros y seres sobrenaturales, como el las populares películas de Marvel y DC.


Siempre he pensado que es un riesgo para un escritor tomar un puñado de personajes jóvenes y ponerlos a todos juntos. El riesgo está en crear el nivel de interacción que permita que no se pierda a alguno de ellos y más aún, el crear una voz propia para cada uno.


Stoker es hábil, su narración en generalmente es ágil, pero, aun así, hasta el final, no he podido dejar de sentir que el papel reservado para Quincey P. Morris fue el menos visible y el más breve posible. Fue el único personaje del que poca información se conoce, además de que es de una familia acomodada de Texas, Estados Unidos.



El conde Drácula 


La industria cinematográfica ha pecado en su tarea de personificar al conde. Han exagerado sus rasgos, su naturaleza maligna y demoníaca, su astucia e inteligencia y hasta su aspecto físico. Stoker nos trae un Drácula que ha renunciado a la pomposidad y al excentricismo. En algún punto es casi humano e inspira cierta conmiseración.


Es poco lo que sabemos sobre él. El libro está narrado a través de una recopilación de diarios personales, cartas, recortes de diarios (prensa) y telegramas. Es a través del resto de personajes que sabemos de las acciones del conde y sus posibles planes. Pero jamás logramos escudriñar su mente.


Hay un halo de misterio que lo rodea, al igual que en su antagónico, el doctor Van Helsing. Sabemos que él se dedica a estudiar enfermedades raras y se desempeña como investigador. Nunca se menciona si ha trabajado con casos de similares características a este, pero existe la sospecha de que sí. Su mente está abierta a la posibilidad de que el causante de la escasez de sangre en las víctimas es un “nomuerto”.


Sin duda es un libro fascinante, de esos que deberían leerse al menos una vez en la vida. Yo lo disfruté mucho y espero que tú también. ¡Hasta la próxima!




PD: ¿Qué libro de terror o novela negra me recomiendas?

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