Breviario de la película napoleón: de la discusión histórica a la cinematográfica

 


Por: José Luis Durán Paredes*

 

I.                     Será pues un breviario de pies a cabeza. No hay rezos y romperemos la limitante clerical del concepto de breviario. Pero sí nos quedaremos con ese significado central: de concentrar lo más importante, un compendio. Así es. Tocaremos sucintamente todo lo fundamental, polémicas, crisis y crítica de la película Napoleón.

 

II.                   El Director: Ridley Scott es un cineasta de método y estructura. Bastante alejado del cine de autor, es más, lo contradice de manera directa. Los vanguardistas tratan de quebrar estructuras a favor de priorizar el mensaje. Con Ridley Scott la estructura está por encima y de ella germina la narrativa. Basta con repasar su cine, plano tras plano, nada experimental, mensaje directo y conciso, tomas generales y plano medios, linealidad narrativa. No toma riesgos. Eso sí, tanto en la ciencia ficción como en su cine “histórico” se percibe una extravagancia del vestuario y de los escenarios, bastante bien hechos. 

 

III.                 Napoléon: La cinta recibió mucha expectativa y fue uno de sus puntos débiles. El gran candidato al Oscar (pero desde hace años) Joaquin Phoenix sería el elegido para ser el genio militar francés que puso Europa de cabeza a inicios del siglo XIX. Pero todos nos llevaríamos una sorpresa, buena para muchos e incómoda para otros. La película es brusca y acelerada. Sus pausas no son suficientes, y en menos de 2 horas vemos pasar alrededor de 20 años. Las actuaciones son sobresalientes pero esa falta de respiro a penas permiten que las gocemos. Ridley Scott afirmó que hay un corte de 4 horas de la cinta, y se nota, porque las 2 horas presentadas en el cine no son suficientes. Creo que ver la película en una sala de cine puede ser la mejor decisión que verla en un televisor, y se sentirá el cambio y diferencia de la experiencia. De la misma manera, la narrativa tiene un sentido, mostrar una imagen dependiente del amor e independiente de la batalla de Napoleón. Un genio militar, sin duda, pero que cae hasta el fondo por sus ansias romántica. Esta parte no gustó a muchos, en lo personal para mí fue lo que hizo bien, disfruté el montaje de estas escenas “paródicas”. No es lo mejor del cine de Scott, no es lo mejor del año tampoco, creo que el mérito de la grandeza está en manos de Martin Scorsese; y tampoco es lo mejor de Joaquin Phoenix, que si bien merece ser premiado este año es por Beau is afraid, donde su actuación es espectacular. Pero no es una mala película, entretiene bastante y es anímica, con batallas masivas y lo mejor, deslegitimación de íconos históricos y del heroísmo. 

 

IV.                La crítica a Scott: No sería lo más apropiado centrarse en la crítica hacia el cine de Ridley Scott previo a experimentar el cine que propone, puesto que desde hace varios años Scott no cae muy bien a la crítica. Son dos ejemplos muy claros que se concentran en este punto. Blade Runner es hasta el día de hoy insuperable, es esa ciencia ficción de los premios Hugo hecha cine; en donde la profundidad existencial arrasa con la formalidad artificial de épica y batallas a blasters. El cine de ciencia ficción apunta a ser Blade Runner, muy pocas cintas apenas lo logran. Pero eso lo decimos en un 2023. Si retrocedemos al año de su estreno, 1982, la crítica la destrozó. No gustó en lo absoluto. Un caso similar ocurrió el 2022 con The Last Duel, una de las mejores películas de Ridley Scott, que no recibió ni una mención en ningún premio ni resaltó en la taquilla, lo que es una injusticia a tremenda película que trata sobre la verdad, la legitimidad y los puntos de vista. 

 

V.                  Historia y ficción: Gran parte de la negatividad a la película de Napoleón no viene por parte del Cine como disciplina, sino de la historia. Acusan a Ridley Scott de ser un revisionista y no mostrar la “verdad histórica”. Ridley les responde de manera sucinta y acertada: “¿Ustedes estuvieron allí?”. Hay un desconocimiento de la teoría misma de la producción y autoría, porque tenemos que saber que existen dos categoría centrales: la ficción y la difusión. Estas tienen fronteras teóricas claras y sus respectivas limitantes. Me parece incorrecto pero hasta de manera ontológica exigirle “verdad” a la ficción. Ridley Scott no hace cine documental que pertenece a la categoría de difusión. Él hace ficción y esta, sin ningún problema, puede ser histórica pero no “real”. La ficción es una creación, es un juego de la creatividad y la distorsión, son la toma de decisiones a favor de la narrativa. Veamos a Tarantino salvando en su ficción la vida Sharon Tate de la mano de los asesino de Charles Mason. En la vida real el crimen se consumió. En la ficción, Tate queda con vida y los que sucumbieron fueron los asesinos. Es decir, esto no es nada nuevo. Por eso no es agradable ver críticas como “Errores históricos en Rescatando al Soldado Ryan”, porque no viene al caso. La ficción te cuenta una trama dramática no un ensayo historiográfico. Vean los errores en documentales, y hay varios. Ya lo dijo el maestro Nabokov, dejemos de buscar la realidad en la ficción. 

 

VI.                La historia según Ridley Scott: Este gran cineasta de profesión tiene un amplio recorrido tocando la historia, que desde ahora la denominaremos cine de época. Representó la conquista española en 1492 (que por cierto tiene de los mejores soundtracks de la historia del cine), las Cruzadas medievales en Kingdom of Heaven, la Guerra de los 100 Años en Robin Hood, o el Alto Imperio Romano en Gladiador, entre muchas otras. Para los que critican de manera negativa su visión de la historia en Napoleón es que no han visto con anterioridad el cine de época de Ridley Scott. De haberlo visto, no se quedarían con la sorpresa “no-histórica” de la película Napoleón. Scott te cuenta dramas emocionales en medio de sucesos importantes, pero no te narra nunca la historia como tal. Te presenta batallas épicas, masacres, violencia, cultura y sociedad, pero no con la intención de darte una clase de historia, sino que solo perfecciona los escenarios en donde ubicará el drama de sus protagonistas. Nadie cree que Balian se enamoraría de la reina de Jerusalen Sibylla en medio de la ofensiva de Saladino, pero la película tiene la intención de despertarte emociones e interés por los protagonistas, empatía. Puede que en la vida real esos personajes históricos hayan sido toscos y poco interesantes, pero en la ficción narrativa eso puede cambiar a favor del expectador.

 

 

 * El autor es crítico de cine para diversos medios nacionales, analista socio-político, escritor en la revista de no ficción Rascacielos, periodista e investigador.